lunes, septiembre 11, 2006

Nocturno de Santiago IV

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Ahora desde otra ventana, desde otro reflejo, desde el silencio del espacio magnificado –multiplicado- y vuelto al revés por la noche de azogue que se convierte en espejo; desde otra altura y otra pecera, pobre axolotl, contemplando la ciudad que se dibuja más allá del parque y del río y el cerro y el extrarradio sucio que parece pertenecer a otra realidad, desde el simulacro de una vida diferente, desde un punto de vista que no es tal, desde la prescindencia del rostro trasnochado que se desdibuja y se vuelve pensamiento, idea, apenas una filigrana del humo del cigarro.
Desde este nueva atalaya, torre de frágil cristal que apenas se equilibra, la mirada se estrella contra la barrera invisible del muro de vidrio y más allá nuevamente la noche, otra noche, otra madrugada, otros caminos recorrridos por las estelas blancas y rojas de las luces de otros automóviles; la mirada como un dardo que recorre y destruye, que va aboliendo distancias e incongruencias de la perspectiva, la mirada cansada que se busca a sí misma en la oscuridad de los párpados que, cada veintidós segundos exactos, se cierran, que se encuentra en las letras que desde el cíclope electrónico le devuelven una imagen distinta, una traducción, una aproximación o, quizás, sólo una apariencia.
La noche, entonces, la ciudad y la noche abrazadas en la inmovilidad mientras los dedos saltan con velocidad de pulga sobre las teclas, contraste brusco y necesario, el repiqueteo al que siguen las letras y al que preceden las palabras. La noche, la noche abierta en la promesa de un futuro no cumplido, en la proximidad del amanecer y las costras de realidad reveladas, la presencia de lo verosímil como convención y acto de fe, la noche como antónimo para todo y para todos, como ausencia y fragilidad, como necesario fin del tiempo y ocultamiento del espacio.
La noche y la ciudad convertidas en el mostruo primigenio y oculto, en el secreto que nunca se revela, en la palabra que no se pronuncia pero se intuye, en el suspiro, en el beso y la caricia que no se completan. La noche y la ciudad como otra noche y otra ciudad, si es que existe esa posibilidad, la repetición constante del juego, la búsqueda y el encuentro.
Y en algún lugar de este silencio que me absorbe, tengo la certeza, tú duermes y amarillos tulipanes pueblan tus sueños.

9 comentarios:

alikis dijo...

La noche te entrega posibilidades infinitas, para vivir, para soñar o para morir, pero infinitas al fin y al cabo. Esa es su magia.

Saludos nocturnos

Amapola dijo...

"Te convido a beber de la noche, a ser sombra que se esconde en el caminar de mis calles rotas para llenarte de los vicios humeantes de mi ciudad adormecida...aquí, donde te encontré una tarde surgiendo violento con aires de conjuro... de ese conjuro tuyo que no se toca ni se corrompe.
Te convido a que nos manchemos de la tinta de la noche para disolvernos en la nostalgia de tus versos bajo la luna..."
Algo de mi poesia a propósito del encuentro violento entre la noche y la ciudad, entre adoquines y Cortázar

Mi beso de Opio

nickhere! dijo...

Hola, encontre tu blog ya que soy una amante de la escritura de roberto arlt... estaba buscando la pelicula "el juguete rabioso". No la consigo en ningun lado, (ni siquiera en la biblioteca de la facultad que lleva su nombre aqui en argentina). si sabes algo avisame porfavor. saludos luciana

fgiucich dijo...

La noche es propicia para encontrar tulipanes y monstruos caminando por la ciudad de tus sueños. Abrazos.

Anónimo dijo...

interesante pagina...muy interesante

plop....

Roberto_Carvallo dijo...

viva la noche...
viva la life y sus misterios...
saludos señor k

y feliz dieciocho...

viva la mierda de chile.

adios

Unmasked (sin caretas) dijo...

Esta parte


La noche y la ciudad convertidas en el mostruo primigenio y oculto, en el secreto que nunca se revela, en la palabra que no se pronuncia pero se intuye, en el suspiro, en el beso y la caricia que no se completan. La noche y la ciudad como otra noche y otra ciudad, si es que existe esa posibilidad, la repetición constante del juego, la búsqueda y el encuentro.

Muchas cosas ocurren, errores y no tanto, porque existe la noche...
todo se ve distinto, incluso las personas, porque es de noche, hasta el alochol tiene otro gusto y su poder parecer ser mas intenso solo porque esta oscuro, incluso la piel de otro se siente distinta de noche...la noche..y aveces UNA noche...

Uno de sus mejores posts, K. Valio la pena esperar.


Besos nocturnos

Petra

Miss Mag dijo...

Me voy con su texto a dormir un sueño floreado. Saludos

Indianguman dijo...

Escribir así es abolir distancias, te lo digo yo que estaba despierta cuando allá era de noche, pero ví una vez al ajolote del Parque O'higgins (más bien muchas, a mi hija le encanta la caverna esa de los peces, un mundo a parte dentro del parque la ciudad el país el planeta un corazón)
Gracias por regalarme una noche de esas que me hacían tanta falta
Golveré