domingo, junio 19, 2005

Vidas paralelas

En algún lugar de España una mujer recibe en su celular llamadas de la madre muerta.
En Trinidad y Tobago otra mujer llama al celular de su marido y la voz de un desconocido responde y le dice que el hombre ha muerto. Al mismo tiempo, en el mismo país, más de ocho mil personas se reunen en Puerto España para conseguir la marca del beso simultáneo de parejas más grande del mundo, sin conseguirlo.
En Singapur una hermosa joven que antes era hombre y campeón de boxeo estrena con éxito una obra de teatro inspirada en su propia vida.
En Argentina, siete pueblos con sus respectivos habitantes serán objeto de un remate a realizarse el próximo 30 de junio.
En el sur de Chile un grupo de carteros recibe un curso de instrucción para enfrentar a furiosos perros que dificultan su labor.
Un joven estudiante de arte roba escultura de Rodín como parte de proyecto para demostrar la vulnerabilidad de la dicotomía presencia/ausencia de la obra de arte.
Otro joven pasea por las calles de Toronto durante el festival de cortometrajes donde mostró su propia película y el vértigo lo paraliza a cuatrocientos metros sobre el suelo, de pie sobre un piso de cristal.
Más cerca, desde aquí dentro, desde esta silla y este teclado, intento terminar una novela que avanza a tropezones.
En el cuarto de junto mi padre se queja de un dolor de espalda que desde el viernes le viene a rondar, producto de lo que parecía ser un inocente choque de autos.
Más allá, en otro cuarto que siempre huele a incienso, mi hermana se prepara para celebrar como corresponde los 22 años que cumple mañana. Recuerdo que cuando nació había un temporal que arrastraba las techumbres como si fueran recuerdos en desuso.
Los ojos cansados repasan las letras que van brotando como tulipanes negros en la pantalla. Suspiro, levanto la cabeza y me encuentro con el Werther, de Goethe, junto al canto blanco del Retrato de un artista cachorro, de Dylan Thomas.
Otra vez la pantalla y algo que parece ser una espera que se prolonga en el silencio y la ausencia, en una historia que no termina de armarse a pesar de los esfuerzos, en la preparación del tour nocturno por los espacios virtuales que sigue a la publicación de este post.
Recuerdo haber leido no hace mucho que la cocaina que se comercializa en Chile está cortada, además de con leche, maicena y lidocaina, en un no tan pequeño porcentaje con Tanax.
Una preocupación menos. Ahora puedo estar seguro de no tener hormigas en el cerebro.

5 comentarios:

marze pac dijo...

buen post
es increible todo lo que sucede en este mundo que cada vez esta mas surrealista, o quizas siempre lo ha sido y no nos queriamos fijar.

saludos, y es bueno saber que no hay bichos en el cerebro

Anónimo dijo...

Y mientras yo escribo tu me lees, mientras me lees escribo, y mientras te sientas a pensar que escribes, yo me pienso sentada, y así, entretejidos. No?

Roberto_Carvallo dijo...

una vez una mujer me dejo plantado en un antro alternativo, furioso salí buscándole el odio a medio mundo...en eso me encontré con un peruano, no peliamos, al contrario hablamos de la infidelidad y de lo malo que era la cocaina en Chile, que no se comparaba con el apreciado Cloro(idrato de cocaina)..que vendian en su país... y Juntos Gritamos...Perú el Mejor

osea tienes razón, la coca en Chile esta hecha con tanax y KK... afka.

adios

Carolina Moro dijo...

El otro lado. El B. Puede ser un ruido o varios. Ruidos que confunden. Entonces las letras negras avanzan más lento de lo esperado. Paramos. Hacemos una pequeña pausa para después arrepentirnos. Observamos esos ruidos. Para inspirarnos? no lo sé. Nuevamente nos sentamos para por segunda vez arrepentirnos. Luego una frase que se queda estática. Palabras que se enredan. Ideas no claras, o no ideas. Giramos nuestra cabeza y los ruidos rebotan en el vidrio. Otra vez? Siempre será otra vez. Es inevitable...

Anónimo dijo...

Enjoyed a lot! » »